EL DESCUBRIMIENTO DE LOS CROMOSOMAS SEXUALES
Dentro de poco tiempo saldrá a la luz un libro con el siguiente título: "El descubrimiento de los cromosomas sexuales. Un hito en la historia de la Biología". En él se analizan los trabajos científicos publicados entre 1870 y 1940 en relación con el problema biológico de la determinación del sexo -que en aquel momento preocupaba especialmente-, desde diferentes perspectivas, que son fundamentalmente tres: ambientalista (el sexo dependería de las condiciones ambientales en que el embrión se desarrollara), morfológica (existirían partículas en las células que determinarían el sexo), y fisiológica (sería el metabolismo celular en el huevo lo que produciría uno u otro sexo). El descubrimiento de los cromosomas sexuales en 1905 hizo que las teorías morfológicas se impusieran sobre las demás. Por otra parte, el estudio de la herencia relacionada con los cromosomas sexuales fue el punto de partida de la genética cromosómica que Morgan y sus colaboradores desarrollaron en Norteamérica a partir de 1910 -la segunda revolución de la genética, si consideramos como primera los experimentos de Mendel. En este descubrimiento crucial tuvo un importante papel la norteamericana Nettie Maria Stevens.
El triunfo de las teorías morfológicas condenó al olvido al resto de hipótesis alternativas, que se habían comprobado en diferentes especies animales y vegetales, así como a los equipos de investigación que las desarrollaban. Por su parte, las numerosas especies de seres vivos que no tienen cromosomas sexuales continuaron desarrollando sus sexos por los diferentes mecanismos posibles y que siguen siendo ciertos, causando problemas menores a la ciencia oficial, que enseguida los clasificó como "excepciones"; entre ellos, especies tan notables como la de las abejas, la marihuana, el sapo común, los cocodrilos y numerosos peces.
Existen varias razones para que anuncie aquí esta publicación. La primera de ellas, es que el libro incluye información sobre el trabajo científico y la trayectoria de Stevens y otras mujeres investigadoras de la época (de las que ya proporcioné un listado). La segunda, que en él se ponen de relieve los rasgos de androcentrismo presentes en el discurso de la mayor parte de los trabajos científicos analizados. En otro tipo de razones: que soy la autora del libro y me gustaría, cómo no, que a ustedes les gustara leerlo.
4 comentarios
Andres -
fernando -
Laia -
Isabel, estoy ,uy interesada en leer tu libro, pero no he logrado encontrarlo en ningñun sitio. Soy de Barcelona, i ninguna biblioteca municiapal de toda la comarca lo tienen. Cómo puedo conseguirlo?
Gracias.
eucari colmenares -