Noticia aparecida en un periódico hispano de New York en abril de 1921 sobre la llegada de un grupo de estudiantes españolas
Las universidades femeninas norteamericanas destacaron desde finales del siglo XIX por su política para favorecer el acceso de las mujeres a la enseñanza universitaria y a la investigación científica. Su labor no se limitó al ámbito norteamericano, sino que se extendió a numerosos países. En España,
el International Institute for Girls in Spain (IIGS) fue creado en 1877 como un pequeño colegio de niñas en Santander, y desde 1892 estuvo gobernado desde Estados Unidos por el llamado "Comité de Boston" (Woman's Education Association), que procuraba la financiación. Desde muy pronto tuvo relación con la Institución Libre de Enseñanza, con la cual coincidía en su línea pedagógica, y desde 1903, cuando el IIGS se instaló en Madrid, trabajó en estrecha colaboración con la Junta para la Ampliación de Estudios (JAE). En Madrid fue conocido como "Instituto Internacional" o "Instituto de Boston", y en él estudiaron las hijas de familias con ideas progresistas y liberales. El IIGS estableció relaciones con la Residencia de Señoritas y su directora, María de Maeztu. Su influencia fue patente en esta Residencia, cuyo estilo recordaba el de los colleges de la costa Este norteamericana.
En 1881, las universitarias norteamericanas crearon la Association of Collegiate Alumnae, que más tarde pasó a llamarse American Association of University Women (AAUW), con sede en el Bryn Mawr College de Filadelfia. A principios del siglo XX, la AAUW representaba a miles de mujeres, incluyendo muchas presidentas, deanes, profesoras y directoras de centros escolares de los Estados Unidos y Canadá. Desde 1891, siendo presidenta M. Carey Thomas, la AAUW ofreció pensiones de viaje a universitarias extranjeras para estudios de graduado. Entre 1907 y 1919 más de cien mujeres de todo el mundo realizaron estudios en Estados Unidos en intercambio con un número equivalente de universitarias americanas.
Los intercambios con España comenzaron a través del IIGS; desde 1917, las instalaciones este instituto en la calle Miguel Angel de Madrid pasaron a formar parte de los edificios utilizados por la Residencia de Señoritas, y las profesoras norteamericanas se hicieron cargo de los departamentos de inglés, educación física y laboratorios. A partir de entonces, los contactos personales establecidos condujeron a establecer un programa de intercambio de becarias entre el Smith College (Massachusetts) y la Residencia, con el compromiso de las becarias de impartir 6 horas semanales de inglés y español respectivamente en sus centros de acogida.
En marzo de 1919, M. Carey Thomas fue elegida por el Comité de Relaciones Internacionales de esta Asociación "para negociar con las autoridades universitarias extranjeras como su agente y representación en relación con ciertas cuestiones que afectan a la educación superior de las mujeres". En junio del mismo año, la AAUW escribió una carta "a los ministros de educación pública y cabezas oficiales de las instituciones educativas en España, Norte de África, Egipto, India, Palestina, Grecia, Constantinopla y ciertas ciudades de Mesopotamia y Asia menor", en la que se proponía la realización de intercambios de profesoras, jóvenes instructoras y alumnas universitarias entre los women colleges de los Estados Unidos y las universidades españolas y de otros países.
En 1920 M. Carey Thomas se entrevistó con María de Maeztu en Madrid, y poco después se constituyó un comité dependiente de la Junta para la Ampliación de Estudios (JAE) encargado de escoger cada año a las becarias. El comité tuvo como presidenta a María Goyri y como secretaria a Zenobia Camprubí de Jiménez, perteneciendo también María de Maeztu. Esta última propuso, asimismo, que el programa de intercambios con el Smith College y los que se establecieran con el Bryn Mawr y otros colleges tuvieran la consideración de becas "complementadas" sobre las pensiones de la JAE, de forma que ésta corriera con los gastos de viaje y los de residencia durante el periodo vacacional, cuando los colleges estaban cerrados. La Residencia de Señoritas se encargaría de acoger a las profesoras y alumnas norteamericanas que vinieran a España. Las becas conseguidas como consecuencia de estos acuerdos se sumaron a las becas sufragadas en su totalidad por la JAE.
Las primeras becarias españolas del acuerdo con los colleges llegaron a Estados Unidos para comenzar el curso 1921-22. Todas ellas realizarían estudios científicos en diferentes temas: Carmen Castilla, enseñanza de las ciencias en el Smith College, Concepción Lazarraga, química en el Barnard College, y Mª Luisa Cañomeras y Loreto Tapia, también química en el Bryn Mawr. Junto a ellas viajaban Herminia Rodríguez (licenciada en Farmacia y Química) y Nieves González Barrios (doctora en medicina por la universidad de Salamanca), que se proponía estudiar bacteriología y enfermedades infantiles en una famosa clínica gracias a una pensión de la JAE. Un periódico hispano de New York recogía en abril de 1921 la noticia de la llegada de un grupo de estudiantes españolas "a cursar en diversas universidades y centros docentes distintas materias científicas" al amparo del sistema de intercambios y becas, y las describía como sigue: "Las jóvenes pensionadas españolas muéstranse sumamente convencidas de la eficacia del sistema de ampliación de estudios en el extranjero para la elevación del nivel de la enseñanza en la patria. Declararon sentirse vehementemente ansiosas de iniciar sus tareas en este país y de poder terminarlas con todo éxito, como corresponde a la brillante ejecución escolar y profesional que cada una de las distinguidas estudiantes cuenta".
Promovida por la AAUW, en julio de 1920 se celebró en Londres una conferencia internacional, de la que nació la Federación Internacional de Mujeres Universitarias (FIMU). A la conferencia asistieron delegaciones de 15 países, 8 de los cuales formaron inmediatamente delegaciones nacionales. Las universitarias españolas se unieron a la FIMU a través de la Juventud Universitaria Femenina, organización que había sido fundada en marzo del mismo año y cuya presidenta era María de Maeztu. Los fines de la FIMU eran "fortalecer la amistad internacional entre las mujeres universitarias del mundo por medio del intercambio de alumnas, exalumnas y profesoras, estableciendo clubs y centros de hospitalidad internacional y cooperando de cuantos modos sea posible con la Oficina Nacional de Educación Internacional, ya existente". La presidenta del comité americano de la FIMU, Alice Lord Parsons, argumentaba: "Las mujeres, en su doble capacidad de madres y de maestras, ejercen influencia incalculable, profunda y vital sobre el pensamiento y las perspectivas de las generaciones venideras. Los acontecimientos de los últimos años, que en tantos países han venido a investir a las mujeres de las responsabilidades de la ciudadanía, han hecho de ellas un factor doblemente importante en la vida internacional del mañana. La Federación cree que la relación personal entre mujeres universitarias es uno de los medios más rápidos y eficaces de fomentar una cortesía vital entre las Naciones".
Fuentes:
Carta de la AAUW a los ministros de educación pública de diversos países, 21 de junio de 1919.
Carta de la presidenta del comité americano de la FIMU al embajador español en Washington, 28 de marzo de 1921.
Prensa de New York, 19 de abril de 1921.
(Todos los documentos se encuentran en los Archivos de la JAE, Residencia de Estudiantes, Madrid)
Bibliogafía
Magallón Portolés, Carmen. Pioneras españolas en las ciencias. Las mujeres del Instituto Nacional de Física y Química. Madrid: CSIC, 1998.
Rossiter, Margaret W. Women Scientists in America. Struggles and Strategies to 1940. Baltimore/London: The Johns Hopkins University Press, 1982